Todas las personas de casi todos los puntos de la tierra están pendientes de las imágenes que recorrerán sus calles.
La Semana Santa va pasando, pero no queremos que pase por alto la meditación de cada día. El Martes Santo nos recuerda la traición de Judas y el momento en que Jesús le aseguró a Pedro que el miedo lo llevaría a negarlo.
Es una nueva llamada a cambiar de actitud, a no permitir que el miedo nos acobarde, a salir de la comodidad, la dejadez, la angustia e ir más allá, al fondo del alma, donde podemos encontrarnos con un Dios que jamás falla y que, a pesar de nuestras negaciones, sería incapaz de negarnos a nosotros. Hurgar dentro de nosotros mismos nos llevaría a la realidad de lo que detestamos, pero si hacemos como Pedro, si volvemos los ojos a Él, entonces podremos encontrarnos con su Perdón en forma de sonrisa, si lo queremos mirar en la imagen bendita que portan las manos de la Virgen del Rocío, como un Niño indefenso, como un Pastor Divino, lleno de Amor para darnos.
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